Por Monserrat Californias
Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública de México, fue trasladado a la prisión más extrema de Estados Unidos: el penal Florence ADMAX USP, en Colorado. Esta instalación, conocida como el “Alcatraz de las Montañas Rocosas”, es la más segura y restrictiva del país. Alberga a menos de 500 internos considerados de máximo riesgo.
El Buró Federal de Prisiones confirmó que García Luna ya está recluido con el número 59745-177. Su liberación está programada para el 19 de junio de 2052.
El penal Florence ADX se distingue por su régimen de aislamiento casi total. Los internos permanecen 23 horas al día en celdas individuales, con apenas una llamada telefónica mensual permitida. Su sistema de seguridad ha impedido fugas desde su apertura.
Entre sus reclusos están Joaquín “El Chapo” Guzmán y Alfredo Beltrán Leyva. También se encuentran criminales de alto perfil como asesinos seriales y terroristas. La prisión fue diseñada precisamente para este tipo de internos.
Hasta principios de junio de 2025, García Luna se encontraba en la penitenciaría federal Lee, en Virginia. Fue en las últimas dos semanas cuando ocurrió el traslado a Colorado. Aunque no se ha informado la fecha exacta del movimiento, el Buró Federal ya lo registra en su nuevo destino. El cambio representa un endurecimiento en su régimen carcelario. Además, complica su contacto con el exterior.
Este traslado representa un golpe más para la defensa de García Luna, que había intentado frenar su llegada a una prisión de máxima seguridad. Sus abogados argumentaban que las condiciones de Florence dificultarían cualquier intento de apelación. La comunicación con su cliente, que ya era limitada, ahora es casi imposible. Aún así, su equipo legal sigue buscando revertir su condena.
García Luna fue sentenciado en noviembre de 2024 a 38 años de prisión por delitos relacionados con el narcotráfico. Las autoridades estadounidenses lo hallaron culpable de colaborar con el Cártel de Sinaloa mientras ocupaba un cargo clave en el gobierno mexicano. Desde entonces, sus abogados han intentado apelar el fallo. Sin embargo, las restricciones del nuevo penal imponen obstáculos adicionales en su proceso de defensa.