Por Luis Martínez Alcántara

El presidente Donald Trump anunció este 24 de junio un cese al fuego entre Israel e Irán tras casi doce días de bombardeos cruzados. Según informó, ambos bandos habrían acordado detener sus ataques y los pilotos israelíes debían “dar la vuelta” y regresar sin continuar con las ofensivas. No obstante, fuentes oficiales reportaron que pocos minutos después del plazo establecido, Irán lanzó misiles hacia el norte de Israel, activando nuevamente las sirenas de alerta a primera hora.

A pesar del anuncio presidencial, continuaron los bombardeos iraníes. Se registraron nuevas ofensivas por aire contra ciudades del norte de Israel, incluyendo Haifa, Beerseba y zonas cercanas a Tel Aviv, donde las defensas antiaéreas interceptaron buena parte de los proyectiles. En este mismo contexto, Israel ratificó haber cumplido sus objetivos de guerra, lo cual, según dijo, justificaba su aceptación de la tregua.

La nueva escalada profunda evidencia la fragilidad del acuerdo. Trump se mostró disgustado con ambos países por violar las condiciones pactadas, enfatizando su intención de fortalecer presiones si la tregua no se respeta. Mientras tanto, mediadores regionales como Turquía, Qatar y otros países del Golfo instaron a cumplir de forma estricta los términos del alto al fuego.

El saldo de muertos y heridos tras casi doce días de combate fue significativo: más de 650 fallecidos en Irán y más de 24 civiles muertos en Israel, con cientos de heridos en ambos bandos. Las cifras reflejan el nivel de destrucción alcanzado en múltiples ciudades, instalaciones militares, infraestructuras nucleares y zonas civiles, incluidos hospitales y áreas residenciales.

Aunque Trump proclamó un cese al fuego los bombardeos iraníes persistieron inmediatamente después del anuncio. El acuerdo negociado no ha logrado frenar las hostilidades, lo que impone un reto para los esfuerzos diplomáticos. Las potencias regionales e internacionales mantienen su llamado a una verdadera pausa, pero el terreno demuestra que, por ahora, la violencia continúa erosionando cualquier esperanza de calma.

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