México obtiene una prórroga de 90 días para negociar aranceles con EE. UU.

Por Redacción

La crisis arancelaria entre México y Estados Unidos ha sido contenida, al menos por ahora. El 31 de julio, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que, tras una llamada con su homólogo estadounidense Donald Trump, se acordó una pausa en la entrada en vigor de nuevos aranceles y se abrió un periodo de 90 días para negociar un acuerdo comercial duradero. Esta prórroga evita que desde el 1 de agosto entrara en vigor un impuesto del 30% sobre la mayoría de los bienes mexicanos no automotrices ni metalúrgicos.

El acuerdo salvaguarda el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), pues los productos que cumplen con las reglas de origen —aproximadamente el 85 % de las exportaciones mexicanas, según la Secretaría de Economía— seguirán exentos de los aranceles del 25 % que Washington impuso a principios de año alegando la crisis del fentanilo. No obstante, el pacto no modifica las tarifas ya vigentes: se mantiene un 25 % sobre vehículos ensamblados en México y otros bienes que no cumplan el TMEC, así como un 50 % sobre las exportaciones mexicanas de acero, aluminio y cobre. Además, el gobierno estadounidense afirma que México se comprometió a “eliminar de inmediato barreras comerciales no arancelarias”, sin detallar cuáles.

La negociación se produce en el contexto de una ofensiva comercial global de Trump, quien ese mismo día anunció gravámenes de hasta 50% a exportaciones de Brasil y Canadá, y nuevos aranceles para India, Taiwán y Suiza. Frente a esa escalada, la prórroga de 90 días se interpreta como un éxito diplomático para México. El canciller Marcelo Ebrard destacó que la tregua se logró “sin una sola concesión de parte de México” y que acerca a ambos países a un acuerdo permanente. Sheinbaum agregó que gracias a este entendimiento México seguirá siendo uno de los países con mejor acceso preferencial al mercado estadounidense.

Sin embargo, el balón sigue en la cancha. Las delegaciones deberán aprovechar el plazo para resolver las diferencias en torno a las reglas de origen y las medidas antidumping. Analistas advierten que, si no se alcanza un acuerdo antes de noviembre, los aranceles podrían restablecerse e impactar a sectores clave como el automotriz, el agrícola y el manufacturero. La prórroga es una bocanada de aire para exportadores y productores mexicanos, pero la incertidumbre persiste mientras Trump busca rediseñar la estructura del comercio internacional.

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